Este parque es todavía bastante desconocido para la mayoría de los habitantes de Madrid. Quizás porque no está en el centro y además, sólo abre los fines de semna.
El capricho de una duquesa
En el siglo XVIII la Duquesa de Osuna compró estos terrenos. Pertenecía a una familia de aristócratas muy conocida. Eran grandes amantes de la música, el arte y la literatura. Querían que estos jardines fueran un lugar para la diversión y el esparcimiento.
La idea era crear un parque donde se sorprendiera al visitante con diferentes construcciones pequeñas y arreglos especiales, como un laberinto, que podían aparecer inesperadamente mientras se paseaba por el parque.
Entre las construciones hay una vieja casita de campo, la Casa de la Vieja. Ahí la duquesa y sus amigos se disfrazaban de campesinos e imitaban lo que ellos creían era la vida rural. Por supuesto que la idea que tenía ellos no se correspondía con la realidad y la casa es más de cuento que de otra cosa.
Otra construción es la ermita. Incluso tenían a un ermitaño viviendo en ella. Durante mucho tiempo se creyó que, tras morir, este hombre había sido enterrado aquí.
Podemos decir que este tipo de parque era lo que hoy en día son los parques temáticos.
Era un parque muy popular entre la aristocracia madrileña y era un honor ser invitado a visitarlo.
La duquesa quería competir con la duquesa de Alba e incluso con la reina María Luisa. Por eso contrató a dos afamados jardineros franceses que tuvieron que prometerle que no trabajarían en ningún otro jardín en España.
Durante la Guerra de la Independencia toda este zona estuvo ocupada por el ejército francés.
Tras la guerra, la duquesa regresó a Madrid y continuó embelleciendo el parque.
También sus herederos quisieron mantener el estilo del parque y, por ejemplo, organizaron carreras de caballos.
El parque perteneció a la familia de Osuna hasta finales del siglo XIX, cuando el último duque perdio todas sus posesiones debido a su vida licenciosa.
Abandono y rehabilitación
Durante la Guerra Civil el parque no sufrió daños de importancia, pero sí que se construyeron varios refugios antiaéreos.
Tras la guerra el parque pasó a manos de distintas personas que no se ocuparon de él. Se utilizó para almacenar maquinaria e incluso se rodaron algunas películas de acción en él.
En 1974 el Ayuntamiento compró el parque y lo ha estado rehabilitando.
Aunque sólo abre los fines de semana, también ofrece conciertos y otro tipo de espectáculos.
Una visita a este parque es realmente una experiencia diferente. Es asombroso encontrar un ejemplo tan claro de lo que fueron los jardines románticos.
Reportaje gráfico completo.
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