En el año 2011 José María Fontana Bertrán publicó el libro ‘El magnicidio del general Prim’
José María Fontana Bertrán
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en el que desvelaba los nombres de los asesinos del general. Tras una ardua investigación esta dió sus frutos aportando datos relevantes para esclarecer los hechos.
¿Por qué el general Prim?
La fábrica
José María Fontana es de Reus y nos confiesa que en su casa siempre había oído hablar del general Prim. Su familia compró la fábrica de hilados y tejidos de algodón, La Fábril Algodonera, que había sido del íntimo amigo de Prim, Matías Vila, en Reus. Prim fue socio de esa fábrica. El padre de José María Fontana tuvo en sus manos cartas del propio Prim dirigidas a Matías Vila. Era una fábrica que llegó a tener más de seiscientos telares. Reus era por aquel entonces la segunda ciudad de importancia en Cataluña detrás de Barcelona. Todo eso fue configurando una admiración por el general Prim.
Antonio Pedrol Rius
Por otro lado, el padre de José María era amigo de Antonio Pedrol Rius. Tenían su libro, ‘Los asesinos del General Prim’.
El pueblo de la sierra madrileña y Reus
Una serie de coincidencias que fue conociendo en un pueblo de la sierra madrileña lindando con Guadalajara, unidas a las mencionadas anteriormente, fueron el detonante para que decidiera investigar acerca del magnicidio del general Prim.
Paul y Angulo: inocente
En general, la mayoría de las personas que han escrito sobre el asesinato del general Prim, acusa a José Paul y Angulo como principal sospechoso
‘No hay pruebas concluyentes’
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del magnicidio. Pero José María Fontana tiene su propia versión de los hechos.
Pérez Galdós y la ‘versión oficial’
‘Culpar a Paul y Angulo fue lo más conveniente para todos. Es la «versión oficial». Pero nada tuvo que ver con los hechos. Desde un principio, tanto al general Serrano como al duque de Montpensier (y a muchos otros), les interesó que se culpara a Paul y Angulo.
La difusión de la obra de Benito Pérez Galdós que recogió la «versión oficial» en su libro ‘España Trágica‘, divulgó esta versión de la muerte de Prim. Pero Pío Baroja escribió que Pérez Galdós le contó algo completamente distinto. Sus libros son un relato novelado, de manera que puede contar los hechos según le convenga. Incluso, alejándose de la verdad.’
Pruebas confusas
Sin embargo, José María Fontana en su obra, que es un estudio histórico profundo, muy
Las pruebas están amañadas
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documentado, ha llegado a una conclusión distinta. Basándose en los hechos, las pruebas que aportan contra Paul y Angulo son todas muy débiles, circunstanciales y en muchos casos, están amañadas. Algunos amigos de Prim dieron una serie de pruebas confusas sobre la culpabilidad de Paul y Angulo. Se refieren, sobre todo, a frases supuestamente pronunciadas por Prim. Son pruebas difíciles de rebatir. En un caso concreto, Ricardo Muñiz, amigo de Prim, años después escribió un libro relatando lo acontecido en aquellos años. José María Fontana ha investigado estos hechos y ha llegado a la conclusión que el libro de Muñiz fue manipulado una vez muerto el autor, interpolando en el original (que ha desaparecido) frases concretas. La pista le llegó a través de Valle-Inclán que en un artículo del año 1932 en el periódico ‘Ahora‘ así lo manifestaba. Analizando el texto, observó claramente la interpolación a la que Valle-Inclán hacía referencia.
‘Aun así, muchos historiadores insinúan la culpabilidad de Paul y Angulo, pero nunca han llegado a afirmarlo con rotundidad. Tienen serias dudas. A veces, desgraciadamente, la historia no sólo la escriben los vencedores, sino que además se justifican hechos poco justificables. Quien iba a atraverse a decir que el duque de Montpensier, hijo del rey de Francia, y el general Serrano, regente de España, prepararon el asesinato de un oponente? Se prefiere culpar a otro. En este caso a Paul y Angulo. Se le conformó fama de pendenciero y borracho, cosa que no era cierta. Era un hombre muy culto. Se había educado en Inglaterra como casi todos los hijos de familias de vinateros de Jerez de la Frontera. Era un hombre altruista. Tenía dinero y se dedicó a promover la República con el ideario de libertad, fraternidad e igualdad. Se gastó su fortuna persiguiendo esos ideales. También es verdad que iba protegido por una serie de compañeros. Había sido atacado varias veces por la conocida ‘banda de la porra’. Incluso habían atacado a la redacción del periódico ‘El Combate‘ cuando estaba en la Plaza de los Mostenses. Además Ducazcal, que era jefe de esta banda, se batió con Paul y Angulo por unos artículos que se cruzaron en un periódico. En este duelo Paul y Angulo le hirió de un disparo en la oreja que, bastante tiempo después, le provocaría la muerte a Ducazcal. No debemos pensar sólo en Paul y Angulo como jefe de una banda. La utilizaba para defenderse. Claro que Prim y Paul y Angulo era enemigos, pero enemigos ideológicos. Paul y Angulo era republicano, no quería ningún rey en España, y menos un rey extranjero. En su periódico luchó abiertamente contra Prim, pero, por ejemplo, nunca dijo que había que matarlo como a un perro, frase que ha corrido por varios libros y que es totalmente falsa’, como asegura José María Fontana tras un denso estudio del periódico y los artículos relacionados con el general. Por otro lado dice José María Fontana que Paul y Angulo sentía un gran afecto por Prim. Piensa que es imposible que albergara la idea de asesinarle. Además las pruebas que existen están organizadas para que le culparan y en su libro lo deja absolutamente probado.
‘A todos les venía bien que el culpable fuera Paul y Angulo, empezando por Sagasta que era junto a Ruiz Zorrilla el segundo del general Prim. Tras la muerte del general queda como su sucesor, porque sabía que Ruiz Zorrilla no era adversario para él. Sagasta era mucho más ‘político’ que Ruiz Zorrilla que terminó marchando a Francia asqueado. Sagasta recogió lo que era el partido radical de Prim y lo fue ‘derechizando’, por llamarlo de alguna manera. Durante los años de la Restauración se convirtió en la alternativa de Cánovas del Castillo.’
Montpensier, el eterno pretendiente al trono
Montpensier albergaba deseos de ser rey de España.
El primer desengaño de Montpensier
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En 1868 la Unión Liberal, tras la muerte de O´Donnell y con el general Serrano al frente del partido, con Caballero de Rodas y el general Dulce, intentan hacer la revolución sin contar con los partidarios de Prim y los republicanos. Tenían previsto la sublevación para el mes de junio de 1870. González Bravo, jefe del gobierno, descubrió el complot y todos fueron detenidos y enviados a Canarias. El duque de Montpensier fue enviado a Portugal. Curiosamente, el almirante Topete le acompañó al destierro. En ese trayecto es donde se vuelve un incondional de Montpensier. El plan era proclamar a Don Alfonso como rey y que durante su minoría de edad fuera designado Montpensier como regente. Con la detención de los militares el plan fracasa. Montpensier, que ya se había gastado mucho dinero, tiene el primer revés.
Segundo intento
Ante el fracaso, deciden unirse a los progresistas, demócratas y republicanos para hacer la revolución que se iniciaría en Cádiz donde estaba Topete con toda la flota. La intención es proclamar a Montpensier. Prim se dió cuenta de lo que Topete pretendía. Desde Inglaterra, salió para Cádiz en barco (financiado por Paul y Angulo) donde se reunió con Topete y le convenció del error que suponía esta decisión. El mismo Prim no estaba dispuesto a imponer un rey de esta manera. Quería contar con el apoyo del pueblo. La idea era echar a Isabel II de España y después convocar unas elecciones por sufragio universal, las primeras de este tipo en España, aunque fuera sólo un sufragio universal ‘masculino’. Topete se convenció y aceptó la propuesta de Prim. Cuando llegaron los generales de Canarias, no se proclamó a Montpensier. El duque seguía gastando dinero y no conseguía su objetivo.
Tercer asalto
De nuevo, la ocasión sería cuando triunfara la Revolución. Cuando llegaron a
Faltan páginas enteras del sumario
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Madrid había una Junta organizada con una mayoría progresista y tampoco la ocasión fue propicia. Montpensier iba teniendo disgusto tras disgusto, no hacía otra cosa que gastarse su dinero y no conseguía el ansiado trono. En 1870 Serrano, sigue haciendo ver que apoya a Montpensier, pero en el fondo está trabajando para sí mismo. Montepensier le presionó para que destituyese a Prim. Serrano accedió, pero sabía que Prim no lo consentiría y que tenía la fuerza suficiente para impedírselo. Estamos en el verano de 1870. Posiblemente ese fue el momento en que decidieron que para conseguir sus fines, no había otra solución que eliminarle. El plan consistía en que tras el asesinato de Prim se produjera un levantamiento popular y que ante el vacío de poder, los militares asumieran éste y nombraran a Montpensier rey. Todo el plan había que ejecutarlo antes de que fuera nombrado Amadeo de Saboya, es decir, antes del 16 de noviembre de 1870.
El tiempo apremia
Se apoyaron en una sociedad secreta, La Internacional, y junto a una serie de personas, como Felipe Solís y Campuzano, ayudante del duque de Montpensier, comenzaron a organizar su plan. Pero enseguida Solís se dió cuenta de que esto era una quimera. Montpensier se estaba gastando el dinero en buscar apoyo en los periódicos, en mandar a carlistas y republicanos por los pueblos preparando el levantamiento para que el ejército saliera a la calle para imponer la paz. Pero los generales no querían participar en un levantamiento que tuviera como premisa el asesinato del general Prim. Todo esto fue relatado por Solís en un documento. Para Montpensier la situación era crítica. Sabía que al final, si tras el asesinato de Prim no sucedía lo que tenían previsto, el perjudicado iba a ser él y Serrano el único beneficiado y no estaba dispuesto.
Montpensier se retira
Ese fue el momento en que se preparó la delación. Hizo que dos indivíduos que estaban participando en el plan fueran a ver al coronel Prats, primo de Prim y denunciasen el complot. Todos fueron detenidos. En ese momento se terminó la participación de Montpensier. Pero Serrano con José María Pastor, su jefe de escolta, estaba organizando, en segunda fila, el asesinato, y siguieron con el plan. Evidentemente, si venía Amadeo de Saboya, con Prim vivo, Serrano pasaría a un segundo plano. Por ello continuaron con el plan del magnicidio siguiendo el mismo ‘modus operandi’ y con parte de la gente implicada que no había sido detendida. Quedó más que demostrado que José María Pastor estaba en el lugar del crimen y dió aviso de la llegada de la berlina de Prim. También fue identificado por otros implicados como la persona de contacto en la contratación de facinerosos. Los jueces terminarón doblegándose ante el poder político, el caso fue sobreseído y nadie fue inculpado.
La autopsia de Prim y el sumario
En los últimos meses ha habido bastante revuelo en relación con la autopsia que se está
Portada del libro de José María Fontana Bertrán ‘El magnicidio del general Prim’
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llevando a cabo en la momia de Prim. Se ha llegado a decir que murió el mismo día del atentado. Sin embargo, José María Fontana no cree esta versión. ‘Se ha especulado demasiado con el tema. Primero se dijo que habían matado al general Prim en la misma berlina, después se dijo que los tiros que recibió le habían producido una hemorragia masiva y que murió pocas horas después. Y ahora dicen que murió estrangulado en su casa. Tres revelaciones distintas, hacen que pierdan credibilidad las mismas. Parece más bien que se está buscando notoriedad en los medios de comunicación. Sería mejor esperar a que se publiquen las concluciones finales de todo el equipo que está investigando el caso.’
La voz de Paul y Angulo
Lo que se ha hecho ha sido escanear el cadaver para ver las heridas que, por otro lado, están muy bien descritas en el sumario. Ha quedado bien detallado cómo se realizaron los disparos al general Prim. La mayor parte de los tiros pegaron en la berlina. Se rompieron todos los cristales menos uno, que es donde curiosamente se encontraba Juan Francisco Moya, uno de los ayudantes del general Prim. Este declararía después haber oído la voz de Paul y Angulo. Sin embargo el otro ayudante, Ángel González Nandín, que resultó herido, dijo que no era la voz de Paul y Angulo. González Nandín y Paul y Angulo eran del mismo pueblo de forma que a la hora de identificar su voz, Nandín era más fiable que Moya. Además, parece bastante difícil que en el fragor de los disparos alguien pudiera reconocer la voz de otra persona que profiere el grito de ‘Fuego, puñeta, fuego!’. Tampoco está acreditado que este grito siquiera fuera hecho.
Un sumario ‘tocado’
Hubo muchísimas personas implicadas en el magnicidio. Sólo en el proceso había ya más de cien imputados.
Un dato que no se debe olvidar es la manipulación que ha sufrido el sumario, arrancándole hojas y borrando la tinta con agua. Si pensamos en quién tenía acceso para hacer tamaña barbaridad queda claro que Paul y Angulo, que estaba en el extranjero, sería el menos sospechoso. Curiosamente los datos que faltan hacen referencia a los principales inductores.
Uno de los empeños de José María Fontana es que se estudie el sumario con medios técnicos que tenemos ahora a nuestro alcance para ver si se puede recuperar algo de lo que se ha borrado, ya que es en esos textos donde están las pruebas más importantes.
En estos momentos está trabajando en organizar todas las declaraciones de los diferentes implicados para poder tenerlas agrupadas y no diseminadas, como están ahora. La mayor parte de los asesinos ni fueron detenidos ni hay declaraciones de ellos. Supieron esconderlos adecuadamente.
La reunión que tuvimos con José María Fontana Bertrán fue muy aleccionadora e interesante. Su defensa de Paul y Angulo es sólida y debería cambiar la opinión existente hasta ahora. Esperamos que de cara al bicentenario de Prim que se celebra en el año 2014 los puntos oscuros que quedan en relación a su asesinato queden esclarecidos de una vez. Sólo hay que escuchar a José María Fontana para poder hacerlo.
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