La Real Academia de Bellas Artes es un precioso museo ubicado en un edificio espectacular.
Antecedentes
En 1726 el pintor Antonio Meléndez ya propuso a Felipe V la creación de una academia de las artes, sin embargo no sería hasta que el escultor italiano Domenico Olivieri insistiera sobre tema, que el rey se decidiese. Esta primera academia tuvo actividad durante 3 años, hasta 1744 cuando se creó la llamada Junta Preparatoria. La primera reunión de esta junta tuvo lugar en la Casa de la Panadería.
Fundación
Ya en 1752, bajo el reinado de Fernando VI, se han elaborado unos estatutos nuevos y se cuenta con más fondos, fundándose la Real Academia de Bellas Artes.
Lo más destacado es que la máxima responsablidad de la Academia ya no estaba en manos de los artistas, sino en los consiliarios, los nobles.
Sería el rey Carlos III el que diera un importante papel a la Academía, como forma de divulgar los principios de la Ilustración. Para ello nombró a personas de su confianza como miembros, quedando así claro el carácter político de la institución.
Ya en 1800 se había llegado a más de mil alumnos, lo que hizo necesario cambiar la Academia de ubicación. De la Casa de la Panadería se pasó al palacio de Goyeneche en la calle de Alcalá. La fachada y la entrada fueron reformadas por Diego de Villanueva.
Entre los profesores de la Academia estuvieron Ventura Rodríguez y Francisco Bayeu, entre otros muchos grandes nombres de su época.
Enseñanza vs divulgación
Aunque la finalidad primera de la Academia era la enseñanza, es precisamente esa rama la que se separa de ella en el siglo XIX, pasando a la Escuela de Nobles Artes. En un primer momento todavía dependía ésta de la Academia.
Durante el reinado de Isabel II, su ministro Pedro José Pidal, arquitecto y miembro de la Academia influye para que los estudios de arquitectura también se independicen.
Al separase la enseñanza de las bellas artes de la Academia, ésta tomaría un nuevo rumbo. Ahora la mayoría de los miembros son artistas organizados por artes, es decir, pintura, escultura y arquitectura.
En 1864 se aprueban otros estatutos y se aclara la finalidad de la Academia al margen de la enseñanza. Debe promover el estudio y cultivo de las artes, facilitar su ejercicio y difundir con su ejemplo y doctrina el buen gusto artístico. Así la Academia pasa de la práxis a la teoria. Se publican libros, se realizan exposiciones, se ocupa de la restauración de monumentos, etc.
Más artes
En 1873 se aprobaron otros estatutos por parte del gobierno de la I República. Ofrecían pocos cambios, pero alguno muy substancial, como la inclusión de la música entre sus fines.
Por supuesto perdió en esta época el calificativo de «real», que recuperaría con la Restauración.
Tras la Guerra Civil la Academia siguió funcionando. En 1974 comenzó la restauración del edifició que se abrió al público en 1986.
En 1999 se efectuó otra restauración añadiendo más salas e inaugurándose en 2002.
Evidentemente durante todos estos años también los estatutos se han ido adaptando, cambiándose algunas responsabilidades de los miembros y, sobre todo, añadiendo la fotografía, la cinematografía y otras nuevas expresiones artísticas entre sus objetivos.
Todos los miembros de la Academia debían donar una obra a la misma. Anuque no puede compararse al museo del Prado, podemos ver muchas obras relevantes en la Academia.
Ona de las principales pinturas es el retrato de Godoy que hizo Goya.
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