Un bar en el centro de Madrid que presume de ofrecer los mejores mejillones de la ciudad.
Cerca de la Puerta del Sol y detrás de la Carrera de San Jerónimo se encuentra el Pasaje de Matheu. Una pequeña callejuela llena de bares con terraza que, especialmente en verano, es una delicia.
La mayoría de los locales no tienen un aspecto especial, ni siquiera un interior a la moda, pero pueden sorprendernos.
Uno de ellos es El Rocío. Se encuentra en el Pasaje de Matheu, 2.
Santiago Sanchez Martinez lleva al frente de este local desde 1982. Parece ser que el local tuvo tres dueños anteriores. Dos españoles y un portugués. No se sabe a ciencia cierta desde cuándo existe El Rocío, pero si hay referencia de su existencia durante la Guerra Civil.
En aquella época, la puerta principal se encontraba tapiada y los clientes entraban a escondidas por una puerta trasera para poder comer.
Santiago nació en Toledo, pero vino a Madrid cuando contaba unos 8 años. Tras finalizar el colegio comenzó a trabajar como botones para varios establecimientos. Tenía entonces 12 años. Jamás dejó pasar la oportunidad de un trabajo. Estaba dispuesto a hacer lo que necesario para ganar algún dinero. Por aquel entonces su sueldo era de unas 500 pesetas al mes.
Mientras trabajaba en el montaje de rótulos luminosos, su padre y hermano montaron un bar en la zona de Vallecas y Santiago decidió ayudarles en el negocio. Algunos años después compraron otro bar en la zona de Palos de Moguer.
Finalmente, en los años 80, Santiago se decidió a dar el paso y establecerse por su cuenta. Y desde entonces está al frente de El Rocío.
En sus comienzo el establecimiento ofrecía los típicos menús del día y la especialidad eran los champiñones.
Pero Santiago era, y sigue siendo, un forofo de los mejillones. Los comía muchísimas veces en casa y un día pensó por qué no ofrecerlos de esta manera a sus clientes. Y dicho y hecho. Tanto éxito han tenido los mejillones que hoy en día preparan un mínimo de 400 kilos semanales.
Los mejillones se cocinan delante de los clientes y se sirven con tres salsas. La salsa picante, parecida al mojo picón canario y muy popular entre los clientes de las islas, al ajillo, tipo provenzal, y con limón.
Los mejillones son traídos diariamente de Galicia. Aunque su preparación no es difícil, si es trabajosa, ya que hay que limpiarlos bien y evitar que contengan arena. Sin embargo lo esencial es su calidad y en El Rocío está asegurada.
Aparte de los mejillones nos ofrecen raciones de gambas, champiñones y otros ricos manjares. También tienen ofertas de raciones acompañadas de garrafas de cerveza o vino.
El Rocío también tiene una pequeña terraza, lo que hace que los mejillones sean todavía más tentadores. Como es una zona sin tráfico, es ideal para descansar un rato tranquilamente y disfrutar de la compañía.
Tanto la mujer como los hijos de Santiago han trabajado con él en El Rocío, pero han emprendido carreras profesionales diferentes.
Santiago tiene tanto clientes españoles como extranjeros. Nos comenta que hay grupos que suelen venir cada vez que pasan por Madrid. Otros entran simplemente porque el sitio les pilla de paso y el reclamo de los mejillones no pasa desapercibido.
Su mayor empeño es que todos los clientes se sientan como en familia, cosa que consigue sin duda, porque es un hombre realmente afable y encantador.
No podemos hacer otra cosa que recomendarles que pasen por El Rocío y prueben sus mejillones. ¡Es un sitio de visita obligada!
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