La iglesia
La Iglesia de la Paloma se encuentra en la calle de la Paloma número 19.
La iglesia de la Virgen de la Paloma es obra de Lorenzo Alvarez Capra y Dimas Rodríguez Izquierdo y data de 1912. En realidad se trata de la parroquia de San Pedro el Real. Hasta 1891 la parroquia se ubicaba en la iglesia de San Pedro el Real actualmente conocida como San Pedro el Viejo. Se decidió cambiar el nombre de esta iglesia para evitar confusiones, aunque realmente nunca las hubo, ya que San Pedro el Real siempre ha sido conocida como la Virgen de la Paloma.
Alrededor del altar podemos ver distintas vidrieras. En ellas están los escudos de las familias que apoyaron económicamente la construcción de la iglesia.
En 1978 se realizó una reconstrucción.
La Paloma
En su momento hubo en esta zona unos corrales que pertencían a las monjas de San Juan de la Penitencia. Aquí se criaban palomas y parece ser que al trasladar un cuadro de la Virgen de Maravillas a la calle de la Palma una paloma sobrevoló la imagen. Como supieron que la paloma procedía de estos corrales, la calle se quedó con el nombre de la Paloma.
Isabel Tintero y el cuadro
A finales del siglo XVIII vivía en Madrid un mujer muy religiosa, Isabel Tintero. Su casa estaba en la calle de la Paloma.
Parece ser que unos niños encontraron un cuadro de la Virgen de la Soledad y estuvieron jugando con él. Isabel al ver esto enseguida fue comprarles el cuadro, ya que no le parecía un juguete apropiado. Lo mandó arreglar y limpiar y lo colocó en el portal de su casa.
A la derecha del altar en la iglesia hay una puerta y detrás encontramos un cuadro en el que vemos a Isabel Tintero en el momento de comprar el cuadro a los niños.
A partir de este momento comienza un culto a esta Virgen que va aumentando.
Eran tantos los que venían a venerar el cuadro, que en 1796 Isabel Tintero pidió que se hiciera una capilla, pero a los pocos años hubo que hacer una iglesia más grande por la gran afluencia de público.
En el cuadro vemos a la Virgen de la Soledad vestida como una dama de la época. En su momento se creyó que el cuadro representaba una monja de un convento, pero realmente no se sabe a ciencia cierta. Tampoco se sabe quién pintó el cuadro. Lo que sí tenemos que tener claro, es que se trata de una imagen de Virgen de la Soledad.
La propia Isabel Tintero está enterrada en esta iglesia, debajo del cuadro de la Virgen.
La fiesta y los bomberos
La fiesta de la Virgen de la Paloma es el 15 de agosto, festividad de la Asunción de María.
Por la mañana hay una serie de misas y hacia las 14:00, tras una misa presidida por una de las autoridades eclesiásticas, el cuadro es bajado por un bombero.
Ya por la tarde, a las 20:00 el cuadro se coloca en una carroza y comienza la procesión por las distintas calles del barrio.
La procesión pasa por la Puerta de Toledo, donde los bomberos suelen ofrecer una exhibición.
Muchos creen que la Virgen de la Paloma es la patrona de Madrid, aunque no es así. Sin embargo es la Virgen que cuenta con más seguidores. Sus fiestas comenzaron a finales del siglo XVIII.
Parece ser que la reina María Luisa de Parma, esposa de Carlos IV era muy devota de este cuadro, ya que en su momento uno de sus hijos estuvo muy enfermo pidió a la Virgen que lo curase. El niño sanó. Hay muchos padres que llevan a sus hijos pequeños a la iglesia para ofrecerlos a la Virgen.
La Virgen de la Paloma es la patrona de los bomberos. Parece ser que el origen de este hecho está en un incendio que hubo en la Plaza Mayor y que no podía ser sofocado. Los madrileños trajeron a todas las vírgenes para ver si se apagaba y hasta que no trajeron el cuadro de la Paloma no se apagó.
Cada año un bombero es elegido para bajar el cuadro y este hecho es considerado un gran honor.
Durante las fiestas dedicadas a esta Virgen, las calles de la zona se engalanan, las gentes se visten de chulapos y chulapas con los trajes típicos de Madrid. Se comen entresijos y gallinejas y se bebe limonada. Es una fiesta muy típica a la que acude cada año una multitud, a pesar de ser el mes en el que más madrileños están de vacaciones.
Una buena muestra de lo que han sido y son estas fiestas puede verse en la zarzuela «La verbena de la Paloma» de Bretón.
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