El reino de Nápoles
En 1731 la familia real española estaba viviendo en Sevilla. En enero de ese mismo año
María Amalia de Saboya
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murió el duque Antonio, último de los Farnesio. España aprovechó la circunstancia para firmar con el gran duque de Toscana un tratado que nombraba al infante Carlos, futuro Carlos III, como sucesor inmediato.
El infante Carlos, de quince años, partió hacia Italia para tomar posesión de los ducados de Toscana, Parma y Plasencia.
En 1733 comenzó la guerra de Sucesión por el trono polaco entre Francia y Austria, presentando cada uno su candidato. España se alió con Francia mediante un Pacto de Familia. Aunque Francia no consiguió colocar a su candidato, el infante Carlos, al frente de las tropas españolas y francesas logró conquistar Nápoles y Sicilia. Reinó con el nombre de Carlos VII de Nápoles. Con el comenzó la dinastía de los Borbónes de Nápoles.
Para segurar la estabilidad del reino, España necesitaba la paz con Austria y se adhirió al Tratado de Viena en 1739. Se cedieron a Austria los ducados de Toscana, Parma y Plasencia a cambio de que se reconociera como soberano de Nápoles y Sicilia al infante Carlos.
Buscando novia
Felipe V y, sobre todo, Isabel de Farnesio persiguían que su hijo Carlos se casara con una
María Josefa de Habsburgo por Pierto Antonio Rotari
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heredera del imperio austríaco. Al no avanzar en las gestiones y contando con la plena confianza de su hijo, finalmente se decidieron por María Amalia de Sajonia. Así Isabel logró así que Carlos emparentase con una poderosa dinastía europea.
María Amalia de Sajonia era la cuarta de los catorce hijos del matrimonio entre María Josefa de Habsburgo, hija de los emperadores de Austria, y el rey Augusto III de Polonia que, además, era duque de Sajonia, de Lituania, de Westfalia y otros dominios alemanes.
La familia de María Amalia vivía en Dresden, conocida entonces como la «Florencia del norte» por su activa vida artística. Es el lugar en que crearán sus obras genios como Johann Sebastian Bach, cuya música acompañará a la joven María Amalia. Además Dresden era reconocida por su famosa porcelana de Meissen, la única que conocía el secreto de la fabricación de la porcelana china.
María Amalia recibió la educción clásica del momento, es decir, arte, religión, etiqueta y, aparte del alemán, también sabía francés. Era alta, rubia y de ojos azules.
Augusto III de Polonia por Pietro Antonio Rotari
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La boda se celebró por poderes en 1738. Tras un mes de viaje, la novia llegó por fin a Nápoles. Ambos se gustaron inmediatamente y gracias a un detallada carta que el rey de Nápoles escribió a sus padres, conocemos hasta los más íntimos detalles de la noche de bodas. Cabe señalar, que cuando consumaron el matrimonio, María Amalia todavía no había tenido su primera menstruación.
A los pocos meses de la boda, María Amalia contrajo la viruela que le dejó feas marcas en la cara.
Felices en Nápoles a pesar de la suegra
El ambiente en Nápoles era favorable a los nuevos monarcas que, por fin, representaban una monarquía propia. Carlos se dedicó con empeño a una serie de obras de remodelación y ampliación del palacio real al que aportó la colección de arte de los Farnesio que trajo de Parma. Además fundó residencias, sitios reales e instituciones artísticas como la real fábrica de porcelana de Capodimonte en 1743 que fabricaba una porcelana como la de Meissen.
Sin embargo, Isabel de Farnesio seguía estando presente en las decisiones del joven monarca. El primer minsitro de estado era el conde Santisteban que organizó la corte napolitana sigueindo el ejemplo de la española y según los designios de la ambiciosa reina madre. Pasado algún tiempo, Santisteban perdió el apoyo de Isabel de Farnesio y como además no gozaba tampoco del favor de María Amalia fue cesado. Rápidamente quedó claro que María Amalia no iba a ser una marioneta en las manos de nadie. No le gustaba que su suegra se entrometiera en su vida. Por otro lado, el rey Carlos confiaba mucho en la opinión de su mujer.
El infante Carlos por Jean Ranc
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María Amalia se dedicaba a la música, a las labores de aguja y a fumar tabaco cubano que le era enviado desde España.
En 1740 nació el primero de sus trece hijos. Los tuvo en dieciocho años. Cinco de ellos murieron a los pocos años. María Amalia fue una buena madre. Se ocupaba de la educación y crianza de sus hijos y la muerte de cada uno de ellos era un duro golpe para ella.
¿Austria o Francia?
En 1740 murió el emperador austríaco Carlos VI. Quería que le sucediera su hija, María Teresa. Para ello era necesario que los demás países reconocieran la Pragmática Sanción. Sin embargo, los demás reinos no aceptaron esta decisión y dió comienzo la Guerra de Sucesión austríaca. Uno de los candidatos al trono era el padre de María Amalia. El otro candidato con más posibilidades era Carlos de Baviera, apoyado por Francia.
Aunque España era partidaria del duque de Sajonia, el deseo de arrebatar a Austria Parma y Plasencia hizo que los reyes se aliasen con Francia, Baviera y Prusia contra Austria e Inglaterra. Los reyes de Nápoles se vieron obligados a apoyar a España en su decisión, aunque tenemos que tener en cuenta que esta decisión enfrentó a María Amelia con su propio padre.
Neutralidad primero, guerra después
Tras un terremoto que provocó el pánico entre los ciudadanos napolitanos que ya se
María Teresa por Jean-Etienne Liotard
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estaban preparando para unirse a la batalla en el norte de Italia, Nápoles se vió atacada por trece buques de guerras británicos. Al rey se le comunicó que o Nápoles se mantenía neutral o sería atacada. Carlos prefirió salvaguardar la vida a sus súbditos y firmo la neutralidad quedando al margen de la guerra durante dos años. Esta actitud le supuso severas reprimendas de su tempestuosa madre.
Sin embargo en etos tiempos de intrigas y traiciones, en 1743 Carlos se enteró de un pacto entre Austria e Inglaterra que pretendía quitarle el reino de Nápoles. Así se unió al Segundo Pacto de Familia firmado entre los Borbones de Francia, España y Nápoles con la finalidad de defender sus interéses. Más allá, el rey decidió ponerse la mando de un ejército napolitano de veinte mil soldados y partió hacia el norte de Italia. En la batalla de Vetelli su actitud valerosa le dió prestigio a nivel internacional.
La guerra de Sucesión austríaca terminó en 1748 con la firma del Tratado de Aquisgrán.
En 1747 nació el sexto hijo de los reyes y fue el primer varón, Felipe. Aunque la sucesión parecía asegurada pronto quedó claro que el pequeño tenía fuertes deficiencias mentales. Tras este nacimiento, el rey hizo que María Amalia participase en los consejos de estado y que estuviese al tanto de las decisiones que se tomaban.
Mientras tanto, en España, Felipe V había muerto y le sucedió en el trono su hijo Fernando VI, casado con Bárbara de Braganza.
Reyes de España
Al morir también Fernando VI, el rey de Nápoles heredó el trono de España a los cuarenta y
El infante Fernando a los 9 años por Mengs
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tres años, depués de llevar veintisiete años en Nápoles. Entonces a los reyes se les planteó el dilema de tener que nombrar a uno de sus hijos heredero del trono napolitano. Estaba ya claro que el primogénito de los varones no sería capaz. El siguiente, Carlos, debería ser el heredero del trono español, por lo que finalmente fue elegido el tercer hijo varón, Fernando para que ocupase el trono. El talante de los reyes quedó patente al abandonar Nápoles. No se llevaron nada del patrimonio que ellos mismo habían conseguido para el reino.
En 1759 Carlos III y María Amalia de Sajonia desembarcaron en Barcelona con su familia. Como gran parte de la familia cayó enferma del sarampión el viaje a Madrid se retrasó un mes. Allí vivieron en el palacio del Buen Retiro ya que el nuevo Palacio Real todavía no estaba terminado.
Reina por un año
María Amalia echaba de menos Nápoles. No le gustaba España, ni el clima, ni el país en sí. Trajo consigo la mayor parte de su servidumbre napolitana, lo que produjo grandes problemas en la corte ya que hubo cargos duplicados y problemas a nivel de los distintos rangos. Una de las personas más conflictivas era la duquesa de Castropignano, confidente y consejera de la reina. Esta utilizó la confianza que tenía la reina en ella para aumentar su poder y su patrimonio. Además María Amalia e Isabel de Farnesio no congeniaban.
Los reyes crearon en 1760 la Real Fábrica del Buen Retiro que, a semejanza de la fábrica de Capodimonte, también se dedicó a la fabricación de procelana.
Unos años antes María Amalia había sufrido una caída al montar un caballo. Desde
María Amalia de Sajonia por Mengs (retrato postumo)
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entonces su salud se vió resentida. Sumando a ello que no se encontraba a gusto en España y echaba de menos Nápoles, esto tampoco ayudó a que mejorara. Durante el verano de 1760 su salud empeoró. Tenía problemas respiratorios, tos y debilidad. Murió en septiembre de ese mismo año. Tenía treinta y cinco años.
Carlos III sobrevivió a su mujer veintiocho años. Tras la muerte de María Amalia hizo voto de castidad, por lo que no volvió a casarse. Sufrió la muerte de tres de sus hijos, rompió las relaciones con su hijo Fernando IV de Nápoles y tuvo que ver el comportamiento conflictivo de su nuera, María Luisa de Parma, casada con el futuro rey de españa, Carlos IV.
Carlos III murió en 1788 a los setenta y dos años.
Fuente:
Reinas de España, autora: María José Rubio, La esfera de los libros, 2009
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