La posada del Peine se encuentra en la calle de Postas, cerca de uno de los arcos que dan acceso a la Plaza Mayor.
La posada se cerró a finales del siglopasado y fue reabierta en el año 2005 manteniendo parte de la estructura original.
Es de 1610 y parece ser que ya en su día contaba con más de cien habitaciones. Un logro para la época.
Se cuenta que el dueño fue comprando habitaciones y pisos en los edificios colindantes, con lo cual la posada se convirtió en una especie de laberinto, donde uno no sabía muy bien dónde estaba realmente.
Era esta zona de Madrid muy frecuentada por comerciantes, que venían a vender sus productos a la capital. Era un constante entrar y salir de gentes. De ahí la expresión que todavía se utiliza hoy en día cuando hacemos referencia a una casa o lugar que está lleno de gente, «… esto parece la Posada del Peine«.
Un peine y una puerta secreta
Fue uno de los hoteles innovadores en cuanto a «deferencias» con los clientes. Al lado del lavabo y atado a una cuerda, el cliente podía hacer uso de un peine. Evidentemente debía ser un bien apreciado y que había que compartir con los demás y, además, no llevárselo como recuerdo.
Uno de los misterios que esconde la posada se encuentra en la habitación 126. Se dice que un armario daba acceso a una escalera que subía al piso superior, probablemente para dar cobijo a fugitivos en el siglo XIX.
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