Consuegra

Consuegra se encuentra a unos 140km de Madrid, en la provincia de Toledo. Cuenta con más

Castillo de Consuegra

de 10.000 habitantes. Es una ciudad con unas características que la han hecho ser relevante a nivel defensivo y militar, hecho que se detecta en sus construcciones sencillas, pero imponentes.

Merece la pena ser visitada por sus molinos de viento, su castillo y sus productos típicos, entre los que destacaremos el azafrán.

En el último fin de semana de octubre celebra las fiestas del azafrán, con un concurso de monda del azafrán. Para esta monda cuenta la destreza ya que hay que coger cada flor, doblar los pétalos y extraer los llamados estigmas.

Durante las fiestas se organizan diversos actos, entre ellos una representación de bailes regionales.

También se pone en funcionamiento uno de los molinos cuyas aspas giran al viento.

Monda del azafrán

Lamenteblemente no todos los molinos están en buenas condiciones, con partes de sus aspas rotas o defectuosas.

La subida al cerro Calderico, donde están los molinos y el castillo puede hacerse a pié o en coche. Si no se está en buena forma es más recomendable el coche, puesto que la subida es empinada y si encima luce un sol de justicia la llegada puede ser trabajosa.

El castillo de Consuegra se construyó durante la época de la invasión musulmana. Observando las vistas que se tienen desde arriba queda claro el por qué ya que cualquier enemigo podía ser divisado desde kilómetros de distancia. Tras la Reconquista el castillo fue entregado a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. Sufrió destrozos durante la invasión napoleónica y, tras pasar también por la desamortización de Mendizábal, acabó siendo adquirido por el propio ayuntamiento de Consuegra en los años 1960.

Consuegra no sería lo mismo sin la aportación artística del grupo teatral Vitela. Durante las

Un miembro del grupo de teatro Vitela durante un entremés

fiestas del azafrán interpretan cortos entremeses recreando escenas típicas como puede ser la monda del azafrán o las vicisitudes de un pobre molinero que, dispuesto a gozar de su merienda, se ve interrumpido por otros lugareños que, al final, le dejan sin comida. Quizás uno de los atractivos más llamativos de la visita a Consuegra sea la ruta teatralizada por el castillo. Allí los componentes de Vitela, convertidos en juglares o soldados acompañan al visitante mientras cuentan las vicisitudes por las que pasó Consuegra a lo largo de su historia. Los visitantes deberán participar en la preparación para una lucha de espadas aprendiendo a ‘cortar cabezas o piernas’ y los más pequeños disfrutan enormemente de la visita.

En cuanto a los productos típicos, el azafrán se encuentra en un primer lugar. Ya no la especie en sí, sino todos los productos que se realizan con él. Cuenta Consuegra con multitud de tabernas y restaurantes donde, sin duda, podremos comer de maravilla.

Hay diversos alojamientos, a buen precio y podemos recomendar ‘La Posada de los Cónsules’, sencilla pero con todo lo necesario. En la misma posada se encuentra también el restaurante ‘La Centinela‘ donde degustar platos típicos. Los dueños son muy agradables y no tienen problema en dedicar su tiempo libre a charlar con los clientes. Una verdadera delicia.

Una de las cosas que más nos han llamado la atención de Consuegra es la extrema amabilidad de sus gentes. Tienen tiempo para los visitantes y les gusta echar una mano si es necesario. Desgraciadamente no ocurrre lo mismo con los estamentos oficiales.

Podemos visitar Consuegra en una excursión de un día, planeando la visita al castillo por la mañana (hay que reservar) y regresar a Madrid después de comer, aunque pasar una noche no es mala idea y nos permitirá el tiempo suficiente para pasearnos por las viejas calles y disfrutar de las vistas desde el cerro Calderico.

Fotografías: Rafael Castañeda Fotografía