Capas Seseña se encuentra en la calle de la Cruz 23.
El Fundador
Su fundador, Santos Seseña Rojas, vino a Madrid cuando contaba 14 o 15 años. Era de un pequeño pueblo en Toledo, Yuncos, y vino a la capital en busca de trabajo, como tantos otros han hecho a lo largo del tiempo.
Comenzó a trabajar como aprendiz en una sastrería ubicada en la calle de l Cruz. Ya en 1901 abrió su propia sastería vendiendo todo tipo de ropa para caballero.
La Capa Española
Diferentes largos y colores
La capa siempre ha sido una prenda que ha dado elegancia y clase. Los hombres la usaban para acontecimientos especiales y, si no tenía una, la tomaban prestada. Se utilizaba ya en la época pre-romana y llegó a su cumbre durante el siglo XVI, siendo un signo de distinción y linaje. Cuanto más corta la capa, de mayor linaje el caballero. Por ejemplo, la capa del rey iba sólo hasta la cintura, la de los caballeros hasta el muslo, la de los artesanos hasta la rodilla y la de los campesinos hasta los pies.
La capa era usada sobre todo por los hombres, aunque en tiempos del Romanticismo también la llevaban las mujeres, especialmente en Francia. Era conocida como la Capa Española.
Se utilizaban distintos tipos de capa según la actividad, pasear o montar a caballo, o según el rango del caballero, ya fuera soldado u obispo.
En el siglo XVIII la capa llegó a su largo máximo y su color distinguía a la clase social a la que pertenecía el que la llevaba.
En el siglo XIX la mayoría de las capas eran negras, marrones, azules o verde oscuro y se llevaban más cortas.
En el siglo XX su uso se ha restringido mucho y muchos la consideran una prenda anticuada, pero al final del siglo se crearon varias asociaciones con la intención de promocionar su uso.
El Motín de Esquilache
La importancia de la capa en la vida diaria queda patente en el hecho que originó el famoso motín de Esquilache en el siglo XVIII.
Durante el reinado de Carlos III la gente solía llevar largas capas con sombreros de ala ancha. El Marqués de Esquilache, ministro de Economía, quería que esta prenda fuera sustuída por una capa corta y sombreros de tres picos para evitar que los criminales pudieran esconder armas debajo de la capa y esconder el rostro debajo del sombrero.
Esquilache había liberalizado el precio del trigo y el precio del pan, del carbón y de la carne se había incrementado. Como consecuencia la población estaba más que enfadada con el ministro.
Las medidas de Esquilache en contra del uso de la capa y el sombrero fueron ya la gota que colmó el vaso y los soldados movilizados para hacer que esta nueva norma fuera seguida, fueron atacados por la población.
El motín llegó a límites insospechados y finalmente Carlos III aceptó las demandas del pueblo que, evidentemente, sobrepasaban el uso de una capa u otra. Por ejemplo se exigió que los ministros del gobierno fueran españoles y no extranjeros y que el precio de los bienes básicos fuera bajado.
Temiendo la reacción del pueblo el rey huyó a Aranjuez, lo que trajo consigo más motines. Finalmente la situación se calmó, Carlos III siguió en Aranjuez y dejó el gobierno en manos del Conde de Aranda.
El conde tuvo la feliz idea de transmitir el concepto que la capa larga y el sombrero de ala ancha era la ropa que llevaban los verdugos y que seguramente nadie quería verse confundido con uno de ellos. Poco a poco la gente fue aceptando este concepto y usando capas más cortas y el sombrero que se les había propuesto con tres picos.
Goya reflejó estos eventos en el cuadro El Motín de Esquilache.
Capas Seseña
Cuando Santos Seseña abrió su tienda. la clásica capa ya no estaba de moda y su uso casi desapareció a finales del siglo XX. Sin embargo, Santos Seseña diseñó nuevos modelos e incluso patentó dos de ellos.
Participó activamente en la creación de los Amigos de la Capa, dedicada a la promoción de su uso.
También organizó concursos en los periódicos,como por ejemplo El Imparcial, en los que el ganador conseguía una capa.
A principios de siglo la casa real compró varias capas para el rey Alfonso XIII y la tienda de Seseña fue nombrada proveedor oficial de la casa real. En aquel entonces era una de las pocas tiendas que todavía fabricaba capas y el título de proveedor real la hizo todavía más conocida.
Un negocio familiar
En 1927, Capas Seseña abrió otra tienda en la misma calle. Tomás Seseña Palacios, el hijo de Santos Seseña. estuvo al frente de este negocio. Sólo tenía 23 años y había realizado los estudios de derecho. Trabajó en el negocio hasta el año de su fallecimiento, en 1958. Tomás Seseñas había nacido en Madrid en 1904. Le gustaba sobre todo la literatura, la música, el teatro y el cine y participó en muchos acontecimientos sociales de la vida madrileña.
Tras su muerte, el Ayuntamiento de la ciudad le otrogó la medalla de plata por su contribución personal a la ciudad.
El fundador, Santos Seseña, murió en 1960. Su nuera, Concepción Díez Lafuente tuvo que continuar con el negocio. Era la viuda de Tomás y además madre de seis hijos.
En 1966 su hijo menor, Enrique Seseña Díez tomó la gestión de la tienda en su manos y así siguió hasta el año 2008 en que se jubiló.
Actualmente es su hijo, Marcos Seseña Blanco, quién esta al frente del negocio desde 1988.
Las capas se cortan y cosen en la misma tienda de forma individual para cada cliente.
En 1966 la tienda dejó de confeccionar prendas en general, dedicándose únicamente a la capa española. Hoy encontramos tanto la capa clásica, como otras más modernas para hombres y mujeres. También venden mantones de Manila y broches.
La capa española siempre ha tenido un aire romántico y aventurero al mismo tiempo. No es una prenda común, pero muchos gustan de llevarla en ocasiones especiales, como bodas, procesiones, conciertos o fiestas populares.
También es un regalo muy valorado. El gobierno de España y la casa real ofrecen muchas veces la capa como regalo a sus visitantes más distinguidos.
Cerca del 40% de las ventas de Capas Seseña van al extranjero, tanto para hombres como mujeres.
Su página web es una de las primeras que se hizo en España (1998) y venden aproximadamente un 5% a través de esta página sobre todo a otros países, pero también a otras ciudades de España e incluso en el mismo Madrid.
Entre su clientes más famosos encontramos a Rodolfo Valentino, Picasso, Buñuel, Felilini, Philip Noiret, Gary Cooper, Yul Brynner, Marcello Mastroiani, Catherine Deneuve, Alfredo Kraus, Plácido Domingo y Rafael Alberti.
Cuando el Presidente Bill Clinton y su esposa Hillary vinieron a España compraron varias capas.
Así vemos como cuatro generaciones de una familia han traído la capa española hasta el siglo XXI, sobreponiéndose a situaciones difíciles y tomando siempre la mejor decisión. Gracias a personas como ellos una pequeña parte de nuestra historia todavía vive hoy.
Este artículo fue escrito hace más de 5 años, por lo que los datos pueden estar desactualizados.