Deseos de expansión
Felipe IV nació en Valladolid en 1605. Fue rey tras la muerte de su padre, Felipe III. Sólo tenía 16 años. Tras el reinado de su padre, la monarquía se encontró en una situación más debilitada. Felipe IV quiso restablecer esa monarquía poderosa y promovió cambios en las instituciones oficiales al que igual que una reforma fiscal. Pero tuvo que enfrentarse a muchos problemas. Llegaba menos oro de las colonias americanas, las Cortes estaban en contra de la reforma fiscal y también su minsitro y favorito, el Conde-duque de Olivares estaba en contra.
Para extender el territorio, Felipe IV se casó con Isabel de Borbón. Tenían 10 y 12 años cuando se casaron. Tuvieron siete hijos, pero sólo dos sobrevivieron. Uno de ellos fue María Teresa que se casaría con el rey frances, Luis XIV. Este matrimonio sería el que posteriormente permitiría el acceso de los borbones al trono español. El otro hijo fue Baltasar Carlos, heredero del trono, pero murió en 1646. Isabel murió en 1644. Al no tener herederos, Felipe se casó con su sobrina Mariana de Austria en 1648. Ella sólo tenía 15 años y había sido elegida para casarse con el heredero, Baltasar Carlos. Tuvieron cinco hijos. Todos menos dos murieron. Uno sería el futuro rey, Carlos II. Margarita de Austria fue el otro descendiente.
La pintura
Felipe IV estaba muy interesado tanto en la literatura como en la pintura y promocionó ambas artes. Velázquez trabajó para el durante 40 años, no sólo como pintor de la corte, sino también estando a cargo de la colección real de arte. Por esto viajó frecuentemente a otras países europeos para comprar pintura realizadas por los grandes artistas del momentos como Raphael o Durero. Durante el reinado de Felipe IV se compraron más de 800 pinturas. La mayoría de ellas pueden admirarse hoy en el Prado.
Aunque Felipe había sido educado para ser rey, era débil e inseguro y más interesado en la diversión que en el trabajo. Se dice que tuvo más de 20 hijos ilegítimos.
Crisis económica
Una crisis económico afectó a toda Europa y más profundamente a España. Durante el reinado de Felipe IV el país sufrió cuatro bancarrotas. El conde-duque de Olivares quiso mantener el poder de España en el continente. En 1635 comenzó la guerra contra Francia y esto representó una situación todavía peor para el pueblo. Las medidas tomadas para costear el conflicto causaron revueltas en Cataluña y Portugal y finalmente trajeron consigo la caída del conde-duque. Se formó un gobierno de emergencia pero los problemas continuaron. Para poder financiar la guerra se tomaron medidas fiscales. Años de malas cosechas produjeron levantamientos en Castilla y Nápoles. Finalmente se firmó un tratado de paz con Francia.
Cuando Felipe IV murió dejó al país inmerso en una profunda crisis económica y al pueblo preguntándose si relamente era necesaria la monarquía.
Pero no debemos olvidar que todo tiene su lado positivo y si no hubiera sido por este rey tan amante del arte, hoy no podríamos disfrutar de las obras de su pintor favorito, Velázquez.
En la Plaza de Oriente se encuentra un estatua ecuestre del monarca.
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