Lope de Vega nació en Madrid en 1562 y es reconocido como uno de los máximos autores en lengua castellana.
Era llamado el «Fénix de los ingenios» y tuvo la suerte de gozar de gran popularidad en viva, no como tantos otros autores.
Es conocido, sobre todo, por sus obras de teatro. Se dice que escribió más de 1.800, aunque también escribió novelas, sonetos o poemas.
Llevó una vida bastante disoluta que lo hace aparecer como el protagonista de cualquier novela de capa y espada. Tuvo muchas amantes que aparecen, con nombres ficticios, en sus obras, lo que le causó más de un problema, ya que, si la relación había fracasado, no dudaba en criticarlas en ellas.
Una serie de desgracias familiares, parece ser, le impulsan a tomar los hábitos, aunque esto no sería óbice para que siguiera aumentando el númerode sus amantes.
Los últimos 25 años de su vida vivió en lo que es ahora la Casa Museo de Lope de Vega. Por aquel entonces no era frecuente que la gente pudiera comprarse una casa, solían alquilar las vivienda. Así Lope estaba muy orgulloso de tener su propia casa, hecho que reflejó en unas frases que colocó encima de la puerta de la entrada, «Parva propia, magna. Magna aliena, parva». Con esto hace referencia que más vale casa pequeña, pero propia, que grande, pero de otro.
En la casa podemos ver caracterísicas típicas de la época. Por ejemplo la ventana que desde el dormitorio de Lope de Vega le permitía ver la capilla, donde decía misa, desde su cama si estaba enfermo.
El mismo dormitorio, ubicado en una habitación que no tiene ventana directa al exterior, aunque no esté falta de luz, gracias a las ventanas que dan a zonas interiores. Parece ser que el tener la habitación en el interior de la casa venía motivado por lo malos olores que procedían de las calles. Hemos de pensar que por aquel entonces todo el mundo tiraba las inmudicias por la ventana y las calles, sobre todo en verano, despedían un olor asqueroso.
En su despacho las sillas colocadas alrededor del brasero invitando a la tertulia.
La zona del Barrio de las Letras, donde se encuentra su casa, era frecuentada por autores, actores o empresarios teatrales. Había mentideros,donde se reunían tanto para hablar de los demás, como para buscar trabajo en las próximas obras que se fueran a estrenar.
Cervantes, con quién Lope de Vega se llevaba bastante mal, vivió en esta misma calle, aunque falleció en la calle que ahora se llama de Lope de Vega, casualidades de la vida podríamos decir. Probablemente ninguno de los dos estaría satisfecho de haber muerto en la calle que lleva el nombre del rival. En donde estuvo la casa en la que murió Cervantes hay una placa conmemorativa y encima un medallón del autor realizada por Esteban de Agreda en 1834.
Tras el fallecimiento de Lope de Vega la casa pasó a diferentes dueños, fue alterada y con el tiempo, casi desapareció. El descubrimiento de esta inscripción enterrada en el jardín trasero es lo que nos hace saber que se trata de la casa del insigne autor.
La Casa Museo ha sido reabierta recientemente. Pertenencias de Lope de Vega hay pocas. Las que se conservan lo son gracias a que su hija Marcela, monja trinitaria, se llevó algunas posesiones al convento, que ahora ha tenido a bien ponerlas a disposición del museo. Sin embargo, con cesiones de varios museos, se ha conseguido crear una atmósfera real de lo que podría haber sido la vivienda. En su testamento, Lope de Vega dejó escrita una relación de todas sus posesiones, lo que ha permitido recrear su vivienda con bastante fidelidad.
Lope falleció en 1635 y fue enterrado en la iglesia de San Sebastián, aunque actualmente es imposible saber dónde acabaron sus restos.
La Casa Museo está abierta de 10:00 a 15:00 de martes a domingo y la entrada es gratuita.
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