Visitar la Casa-Museo de Sorolla es siempre una experiencia especial. Hacerlo acompañado de una persona que conoce su obra más a fondo es un lujo. Fabiola Almarza Lorente-Sorolla es la biznieta de Sorolla, nieta de Elena, la hija menor del maestro.
Un trabajador incansable
Fabiola Almarza Lorente-Sorolla
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Destaca Fabiola la capacidad de trabajo de Sorolla. Cuando iba a la escuela de Bellas Artes, sus compañeros siempre comentaban que Sorolla ya venía «de pintar».
Dibujaba constantemente lo que dió un trazo seguro y con pocas correcciones en sus dibujos.
El museo cuenta con unos 1.000 dibujos e innumerables tablitas que Sorolla solía llevar consigo cuando, por ejemplo, iban a la playa y en las que pintaba sus impresiones del momento.
Su pintura se encuentra influenciada por los demás pintores que conoció en sus múltiples viajes por Europa y Estados Unidos. Además es remarcable el impacto de la fotografía sobre su pintura que le vino directamente de su suegro Antonio García, que comenzó realizando decorados de teatro y de ahí pasó a la profesión de fotógrafo. Generalmente los estudios fotográficos estaban en los pisos altos de los edificios pero Antonio García ofrecía sus servicios «a pie de calle» lo que le permitía una mayor amplitud a la hora de realizar sus retratos. Según un periódico de la época su estudio estaba situado en la calle del Huerto de los Sastres, 9, en Valencia, en lo que había sido un picadero de caballos y anteriormente un circo olímpico. El nuevo estudio permitía a las señoritas retratarse dentro de sus carruajes o a los jóvenes caballeros montados en sus caballos. Antonio García ofrecía retratos instantáneos (placa de gelatino-bromuro), inalterables (al carbón) y los esmaltes.
La familia
Sabemos que Clotilde, la mujer de Sorolla, era la administradora del hogar. Llevaba cuenta exacta de los cuadros que se llevaban a cada exposición y el precio obtenido por las ventas. Todo un trabajo que daba mucha más libertad a Sorolla para dedicarse sólo a su pintura.
De sus tres hijos, María, Joaquín y Elena, los dos primeros también se dedicaron a esta actividad, mientras que Elena escogió la escultura. Llegó a ganar una medalla de oro con sus obras. Fue alumna del escultor José Capuz que realizó también un busto de la propia Elena y que se encuentra en la Museo Sorolla.
Tanto María como Elena dejaron de lado su labor artística para dedicarse a sus respectivas
‘Madre’ (1885) Sorolla pinta a su mujer Clotilde con su hija menor, Elena
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familias. María se casó con Francisco Pons Arnau, discípulo de Sorolla. Su hijo, Francisco Pons fue director del Museo aparte de ejercer como arquitecto. Junto a su hija Blanca Pons Sorolla ha escrito varios libros sobre el pintor.
Elena Sorolla se casó con Victoriano Lorente. De sus siete hijos, Victoriano Lorente Sorolla, dedicó varios años de su vida a la pintura y expuso sus obras. Es miembro del Patronato del Museo.
Victoriano escribió junto a su sobrina Blanca los libros relacionados con la correspondencia de Sorolla. En el Museo Sorolla encontramos varias esculturas realizadas por Elena. Hizo un busto de cada uno de sus siete hijos. Era una mujer activa aunque podía pasarse horas sentada frente al mar mirando las olas.
De una forma u otra todos los descendientes de Sorolla se han encontrado ligados al arte en sus distintas facetas. Actualmente ya están dando sus pasos artísticos los tataranietos.
En cuanto a su relación con Valencia, sólamente una familiar de Clotilde sigue residiendo allí, aunque casi todos pasan sus vacaciones cerca del mar.
Fabiola Almarza Lorente-Sorolla
Fabiola nació en Madrid aunque se ha criado en Sigüenza, donde su padre era veterinario. A
‘Desnudo de mujer’ (1915 – 1926), bronce, realizada por Elena Sorolla
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los 17 años regresó a la capital para estudiar restauración primero y pintura después. Posteriormente estudió también grabado en la antigua escuela de Artes y Oficios. Fue alumna de José Luis López Sánchez Toda, uno de los más reconocidos grabadores españoles, que realizó los dibujos y grabados de todos los billetes de hasta 5.000 pesetas. Su profesor de modelado fue Julio López Hernández y su profesora de pintura Maruja Bardasano. Durante un año estuvo Fabiola trabajando en el Palacio Real en el taller de dorado. Actualmente cuenta con su propio taller dedicado al marco. El interés por los mismos nació de su asistencia a un curso dado por María Pía Timón sobre su historia. Fabiola es plenamente feliz pudiendo dedicarse a su actividad investigadora. Es curioso observar como el alma de Sorolla sigue presente en sus descendientes.
Fabiola ha realizado diversas exposiciones de sus obras, tanto individuales como colectivas. Tiene también amplia experiencia como profesora de dibujo, pintura y modelado, ha ilustrado libros y restaurado obras de arte.
El marco si importa
Generalmente es el propio pintor el que decide cómo ha de ser el marco que rodee a su obra. El marco no sólo delimita la obra de arte, hace que la mirada se centre en ella. Incluso en obras modernas que prescinden de marco, el pintor trata de posicionar el cuadro sobre un fondo de un color específico que hará las veces del mismo. Define la obra de la pared. Cuando un cuadro está enmarcado, ni nos damos cuenta, pero si no lleva marco,
enseguida notamos que le falta algo.
Desde enero de 2012 Fabiola trabajando en el Museo Sorolla datando y referenciando los marcos de los cuadros. Sorolla eligió para la mayoría de sus obras los marcos, por lo que esta elección es parte de su obra. Algunos de ellos son del siglo XVII. En Madrid trabajó con una empresa que realizaba unos modelos muy específicos especiales para sus cuadros Juan
Cano, actualmente en manos de PEA que sigue con esta misma labor. Es muy
Detalle de uno de los marcos del Museo Sorolla
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interesante observar la distinta forma de ensamblar las esquinas, haciendo que coincidan los dibujos. Los marcos han ido variando con el tiempo, por ejemplo, en el siglo XIX eran muy populares aquellos adornados con hojas de laurel y frutas o bellotas. Se suelen realizar en madera y después los adornos se hacían en pasta, más moldeable. Evidentemente para las
exposiciones había que buscar marcos que aguantasen el traslado y que no
fueran demasiado delicados. Sorolla llevaba un control total de las exposiciones de sus cuadros. Algunas llegaron a contar con hasta 400 cuadros. Se exponía de forma diferente a como se hace ahora. Solía ir un cuadro principal en el centro y al lado, por ejemplo, dos paisajes, o se colocaban dos cuadros más pequeños debajo y otros dos encima. Se exponía en dos y hasta 3 alturas.
Algunos marcos incluso van firmados por la parte posterior. La datación y referenciación de los marcos es una labor que no se suele hacer en los museos y que, sin embargo, es de gran importancia ya que nos transmite de forma completa la intención del artista.
Al escuchar a Fabiola hablar de los marcos queda patente todo su entusiasmo por este trabajo y, además, nos abre una visión nueva de la obra de arte.
Aunque es difícil elegir entre las obras de Sorolla, hay dos que Fabiola nunca deja de mirar cuando pasa por el Museo. El cuadro ‘Madre’ en el que podemos ver a Clotilde en la cama con Elena recién nacida y ‘Mis hijos’ retrato familiar de los tres hijos del pintor.
Tiene que ser una sensación muy especial pasear por lo que ahora es un Museo y que en su día fue la casa en la que vivieron tus antepasados.
Tampoco debemos olvidar que ahora todos podemos disfrutar de este magnífico Museo gracias tanto a Clotilde como a su hijo Joaquín que legaron la casa, objetos y cuadros al Estado.
Esperamos que las investigaciones de Fabiola nos acerquen todavía más al pensamiento artístico de su bisabuelo, uno de los más grandes pintores de nuestro país.
Este artículo fue escrito hace más de 5 años, por lo que los datos pueden estar desactualizados.