La iglesia de San Jerónimo el Real se encuentra justo detrás del Museo del Prado, en la calle Moreto número 4.
Historia
Primer Monasterio y posterior traslado a su ubicación actual
El Rey Enrique IV mandó construir un convento para los monjes de la orden de San Jerónimo cerca del río Manzanares. Sucedía esto en el siglo XV. Por desgracia tampoco en aquella época el río era más caudaloso que ahora y sus aguas fluían, es un decir, más bien secas. Era, por tanto, una zona plagada de insectos y otros bichos similares.
En el siglo XVI, reinando los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, los monjes pidieron ser trasladados a otro monasterio, ya que la situación era insostenible. Además se pretendía habilitar una serie de salas para que la familia real se pudiera alojar en el mismo, siempre y cuando estuviera en Madrid. Hemos de tener en cuenta que por aquel entonces Madrid todavía no era la capital del reino. Entre la orden de los Jerónimos y la familia real siempre había existido una estrecha relación, por lo que la petición de los monjes fue atendida. El nuevo monasterio se edificó en los terrenos que hoy ocupa la iglesia de San Jerónimo el Real. Entonces alrededor sólo había tierras de cultivo y unas vistas extraordinarias. El monasterio era de estilo gótico.
Parece ser que el arquitecto fue Enrique Egeas, aunque no se sabe a ciencia cierta. El monasterio se finalizó en 1505. Se realizaron dos claustros, de los que sólamente se conserva uno y que se ha incluído en la ampliación del Museo del Prado realizada por el arquitecto Rafael Moneo. Se trata de un edificio fantástico que combina estilos modernos y clásicos.
Al lado del monasterio había un hostal que era frecuentado por la comitiva de los monarcas.
Iglesia Real y destrucción
Una vez convertida la ciudad en capital del reino, Felipe II pidió a su arquitecto, Juan Bautista de Toledo, que ampliara el edificio. Se construyó un aposento real, desde el cual el rey asistía a la misa.
Ya en el siglo XVII, el rey Felipe IV mandó edificar el Palacio del Buen Retiro en el parque del mismo nombre y que está al lado del monasterio. De este palacio sólo quedan dos edificaciones, el Casón del Buen Retiro, utilizado en su día como salón de baile, y el Salón de Reinos. Ambos pertenecen ahora al Museo del Prado.
Durante la invasión napoleónica tanto el Palacio como el monasterio albergaron al ejército francés. Muchas de las pinturas y demás objetos de arte desaparecieron.
Tras la Guerra de Independencia, gran parte del edificio quedó destruído. Fernando VII ordenó que las partes dañadas fueran demolidas. Tanto la iglesia como el monasterio se convirtieron en cuarteles de artillería.
Restauración
Llegado el siglo XVIII, el consorte de la Reina Isabel II, Francisco de Asís Borbón, muy interesado en la recuperación de edificios antiguos, pidió a su arquitecto, Narciso Pascual y Colomer, que restaurase el monasterio, por lo menos parcialmente. Fue él quien construyó las torres de las campanas. El bajorrelive sobre la entrada principal es obra de Ponciano Ponzano.
En 1878 el monasterio fue donado a la archidiócesis. El arquitecto Enrique María Repullés cambió el interior del edificio, reforzando aquellos aspectos más renacentistas. El altar es obra de José Mendes.
Todos estos acontecimientos transcurridos durante varios siglos, han hecho que el edificio muestre una mezcla de diferentes estilos.
Antes de que se construyera la Catedral de la Almudena, la iglesia de los Jerónimos, como es conocida, fue una de las iglesias reales de Madrid. Tengamos en cuenta, que desde el Palacio Real, siguiendo la calle Mayor, pasando la Puerta del Sol, subiendo primero y bajando después la Carrera de San Jerónimo, llegamos a la iglesia. Era el camino directo a la iglesia real por excelencia.
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